Un precioso día de verano una princesa llamada Irea salió de sus aposentos y se presentó ante sus padres. Era una chica muy bella con cabellos rubios cual rayo de sol y con ojos azules como el oceano mas profundo. Era tan bella que todos los chicos que la conocian deseaban casarse con ella y tenerla para siempre. Pero Irea era una joven de espiritu libre y nadie la parecia lo bastante bueno para estar con ella. Ese día, Irea fue a despedirse de su padre que se iba a la guerra. Se despidió pensando que su padre volvería pronto, pero él jamas volvió. Cuando la noticia de que el rey estaba muerto llegó al castillo todos entristecieron, sobre todo Irea que en aquel momento descubrío que tendría que elegir a un marido para que el reinado siguiese existiendo. Cientos de pretendientes fueron, pero ninguno fue elegido.Un día Irea decidió ir a buscar a su amor verdadero y sin que nadie se diera cuenta escapó del castillo. Recorrió todo el pueblo y el bosque aunque no encontro a su elegido. Cansada, decidió descansar tumbandose en un prado. Pasaron unas horas e Irea se despertó, miro hacia arriba y sin esperarlo una sensacion de gozo la invadio por dentro. Un cosquilleo la recorrio el estomago y se quedo petrificada, sin poder mirar a otro lugar. Veia algo increiblemente bello, algo que nunca habría imaginado que existiese, una cosa que la hacia sentirse insignificante. Cuando pudo moverse, salió corriendo de nuevo hacia el castillo, sabiendo ya que era lo que más quería del mundo.
Cuando lllegó al castillo fue corriendo a ver a su madre y a contarle lo que había visto. Cuando se lo conto su madre se alegró y decidio conocer lo que Irea tanto anelaba. Andaron mucho rato hasta que llegaron al lugar exacto.
-Madre-dijo Irea-era aquí, pero ha desaparecido.
-Cariño nada desaparece porque sí. Seguro que se ha movido y cambiado de lugar. Me extraña que mires tanto al cielo.
-Es allí donde lo ví. Si eso de ahí arriba es el cielo allí lo encontré.
-Si lo que buscas se encuentra allí jamás podrás tenerlo. Unicamente los dioses y los pajaros pueden llegar tan alto.
-Yo llegaré aún más alto que ellos. Soy mortal y eso me hace tener mas decisión y más esperanza.
Se quedaron en aquel lugar esperando que lo que Irea quería volviera a aparecer y tras esperar mucho tiempo decidieron volver con sus animos por los suelos.
Pasaron 2 años y cada día Irea volvia a aquel lugar, pero degraciadamente no encontró aquello que tanto amaba. Un día tuvo un sueño en el que veia aquello tan bello pero luego desperto y todo era como los dias anteriores. Solo que aquel día su madre decidió casarla con alguien que no había visto en su vida y a quien como a todos los demás Iba a decirles que no. Pero en aquel caso no había opción, "ya era la hora" había dicho su madre "y tienes que elegir, si no lo haré yo por tí". Era un joven rubio de ojos verdes y era justo y valeroso, pero como a Irea no le convencia lo mas mínimo.
La noche antes de la ceremonia Irea decidio escaparse. Fue a su lugar preferido y sin esperarlo, encontro aquello que quería más que a nada en el mundo.